Reseña: Aquí empieza todo.

Título: Aquí empieza todo.
Título original: Holding up the universe.
Saga: Libro único.
Autor/a: Jennifer Niven.
Editorial: Cross Books. (ficha del libro)
Páginas: 496.
Fecha de publicación: 2016.
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Todo el mundo cree conocer a Libby, aunque nadie se ha parado a pensar cómo es ella realmente, más allá de su aspecto y de su peso. También todos creen conocer a Jack, ese muchacho encantador que oculta un profundo secreto. Cuando una cruel jugarreta los enfrenta, los dos van a descubrir que la soledad compartida es menos solitaria. Son dos adolescentes rotos: de corazón a corazón.

Compré Aquí empieza todo en un arrebato y tengo comprobado que los arrebatos son lo mejor que le han pasado a mi estantería. Antes de empezar a decir por qué me gustó este libro, necesito recalcar esta frase de la sinopsis que dice "Son dos adolecentes rotos: de corazón a corazón". En serio, ¿quién demonios ha escrito eso? De las tropecientas mil frases que podrían haberse metido, ¿en serio esa era la mejor opción? ¿Alguien que haya leído el libro cree que esta frase representa de verdad la historia? En fin, pequeñeces que a veces me da por destacar.

Centrándonos en el libro, Libby es una adolescente que vuelve al instituto después de estar años encerrada en su casa, comiendo y viendo series tirada en su cama. ¿Y por qué haría eso una niña? Pues básicamente porque perdió al pilar que sujetaba su vida: su madre. Eso lo fue lo que desencadenó que la vida de Libby se fuese al traste. No obstante, hubo otro hecho que hizo que saliese de casa (años después) y es que tuvo que ser trasladada al hospital y, a causa de su tamaño, tuvieron que hacer un boquete en la pared de su casa para sacarla. Eso, y mucha terapia, la hizo recapacitar y darse cuenta de que había dejado de vivir. Se había encerrado en sí misma y el resultado había sido horrible. Así, Libby decide perder el peso que le impide vivir con normalidad, aceptar ayuda psicológica e intentar encarrilar su vida de nuevo empezando por lo más básico: las clases.

En cuanto a Jack, siempre ha sido un chico popular al que la vida ha tratado bien. O eso es lo que todo el mundo cree porque el propio Jack se ha esforzado en piensen eso. No obstante, Jack esconde una anomalía celebral que le impide reconocer las caras de las personas; prosopagnosia. Da igual cuántas veces vea a alguien o que solo pierda de vista a una persona durante diez segundos; su cerebro no es capaz de procesar y recordar el conjunto de facciones que conforman una cara. Y sí, le pasa absolutamente con todo el mundo, desde el cartero hasta sus propios familiares.

Os pongo un gif de My Mad Fat Diary
porque Libby me recuerda mucho a Rae

Y diréis, "vale, ¿qué une a estos dos adolescentes?" Pues como dice la sinopsis, una cruel jugarreta. Si estáis en el instituto, o si ya sois mayores y recordáis la experiencia, sabréis que el bullying está a la orden del día (sobre todo en ese contexto). Libby vuelve a clase, es la nueva y está gorda. Parece que esa ecuación es, para los adolescentes hormonados del demonio, la que resulta siempre en objetivo potencial de abuso. Y sí, así sucede. Así que la jugarreta cruel de la que hablan en la sinopsis es con la que se recibe a Libby en su nueva y recuperada vida de adolescente (que no os cuento, ya lo leeréis) y Jack y ella se ven obligados a compartir castigo después de ello para reflexionar sobre el tema y mejorar como personas (me he reído al escribir esas últimas palabras, lo siento. Siempre me han parecido surrealistas ese tipo de castigos).

En fin, a lo que vamos. Hablando como hablamos de una novela contemporánea juvenil, ¿consideráis spoiler que os diga que va a haber romance? Si vuestra respuesta es un sí... OOPS. Sí, damas y caballeros, sorprendentemente estos dos especímenes de juventud se enamoran. Y sí, nuevamente, hay drama del bueno. Ambos se ayudan mutuamente a convivir con su pozo de mierda personal (disculpad la expresión, es que la uso mucho) e incluso a intentar salir de él. Pero ambos saben, o eso es lo que me han transmitido a mí, que no son suficiente para ello, que ellos mismos tienen que echarle bemoles al asunto (¿qué clase de vocabulario estoy usando hoy? En fin, perdón). De este modo, este libro es el camino, nada fácil, que tanto Libby como Jack siguen para intentar encauzar sus vidas y seguir adelante de un modo que hasta el momento nunca habían tenido la oportunidad de probar: acompañados. Tengo que decir que me han encantado ambos personajes. Al principio no sabía qué pensar de Jack, y no ha sido mi personaje favorito de la historia tampoco, pero me ha gustado mucho la combinación que ha resultado de ambos.

La relación que va surgiendo entre ambos protagonistas me ha parecido muy natural y, la verdad, preciosa. A veces sucede en las novelas juveniles que el romance resulta forzado o fuera de lugar. Es cierto que esta historia puede contarse sin necesidad de un romance, pero la verdad es que ha quedado muy bien y me ha gustado muchísimo cómo lo ha llevado la autora, de principio a fin. Además, el argumento va evolucionando de forma que no puedes despegar los ojos del libro, con romance o sin él.

En cuanto a la narración de la novela, me ha gustado mucho que cada capítulo fuese desde el punto de vista de un personaje. Leíamos a Libby y, acto seguido, a Jack, siendo testigos de los sentimientos y pensamientos de ambos personajes en un mismo contexto, cosa que nos ayuda a conocerlos a ambos y a entender sus actos. Vemos cómo se siente Libby viviendo su nueva vida, y soportando los cambios que eso supone, y cómo se siente Jack intentando seguir con la vieja, aunque sabe que es insostenible. Además, el estilo me ha parecido muy ágil. Aquí empieza todo es una novela que se lee rapidísimo tanto por la forma de escribir de Jennifer Niven como por el ritmo de la historia, que es, en mi opinión, perfecto. Drama juvenil fuera de lo común, un romance precioso y unos personajes maravillosos (sobre todo Libby); eso es Aquí empieza todo.

Sabiendo que la autora tiene otro libro publicado, ¡no puedo esperar para leerlo!