Reseña: El crimen del ganador (2/3)

Título: El crimen del ganador.
Título original: The winner's crime.
Saga: Trilogía del ganador #2
Autor/a: Marie Rutkoski.
Editorial: Plataforma Neo. (ficha del libro)
Páginas: 392.
Fecha de publicación: 2015 (2016 en España).
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Seguir a tu corazón puede ser un crimen. La boda de un miembro de la realeza es el sueño de muchas chicas. Implica una celebración tras otra: bailes, fuegos artificiales y diversión hasta el amanecer. Pero para Kestrel significa vivir en una jaula en la que ella misma se ha metido. Kestrel está convirtiéndose en una maestra del engaño. Ha empezado a hacer de espía en la corte. Si la descubren, su país la considerará una traidora. Sin embargo, debe encontrar el modo de cambiar su despiadado mundo… y, en el proceso, está a punto de descubrir un espeluznante secreto.

Después de La maldición del ganador, leer El crimen del ganador era un acto de simple curiosidad. El primer libro no me gustó especialmente de manera que no tenía muchas ganas de leer el siguiente. No obstante, me he llevado una sorpresa. Este segundo libro es muy, pero muy, diferente al primero, y eso se nota desde la primera página.

En primer lugar, toda esa paja que nos encontramos al principio sobre Kestrel y su lujosa vida en Herrán desaparece y pasamos a una vida de palacio llena de tensión, a reuniones entre naciones que no son nada amistosas entre ellas y a conspiraciones de unos y otros que mantienen el interés despierto mucho mejor de lo que se hizo en el primer libro. De los dos protagonistas, Kestrel y Arin, creo que puedo decir libremente que siento predilección por la primera y cierta indiferencia por el segundo. Kestrel nos muestra una y otra vez su astucia a la hora de trazar planes. Sus consejos de guerra siguen siendo muy valiosos para Valoria después de la cesión de Herrán a su gente y el rey ha puesto sus ojos en ella. En este punto, entra un personaje nuevo y del que creo que podría sacarse más jugo en el siguiente libro: Verex. Verex es el príncipe heredero de Valoria, aquél con el que Kestrel aceptó casarse a cambio de un tratado que permitiese a los herraníes quedarse con su tierra sin derramar más sangre. Ni Kestrel ni Verex tienen el más mínimo interés amoroso en ese matrimonio, pero los deseos del rey son caprichosos y nadie puede obrar milagros cuando tiene las manos atadas, ni siquiera Kestrel. Aunque no lo parezca, Verex tiene mucho que mostrarnos a los lectores, a Kestrel y a Valoria. Por su parte, Arin sigue en las mismas: ciego completamente ante las cosas que suceden para con Kestrel, desconfiado y dispuesto a dar la vida por su tierra y su gente. Ahora es gobernador de Herrán y tiene que asistir a ciertos eventos organizados en la capital. Será en estos momentos en los que él y Kestrel se encuentren pero no todo será tan bonito como los vestidos de la futura reina. Más personajes destacables son el propio rey, dispuesto a todo para conseguir lo que quiere, obseso del control y con aliados que lo darían todo por él y su reino; el general Trajan, a quien ya conocimos en el libro anterior, padre de Kestrel y el guerrero que más victorias suma para el reino de Valoria; o Tensen, aliado de Arin y con un importante papel en el palacio más allá de asistir a sus eventos aristocráticos.

Art by Utenaxchan

La historia va desarrollándose alrededor de todos estos personajes, siendo Kestrel el hilo conductor. Desde el propio matrimonio y las intenciones ocultas tras él, pasando por conspiraciones, secretos y matanzas, El crimen del ganador elimina de la ecuación todo el aburrimiento que me hizo sentir el primer libro. Las relaciones entre los personajes, además, son más complejas en este segundo tomo. En La maldición del ganador nos encontrábamos con una chica caprichosa (rica, hija de alguien conocido, acostumbrada a tener lo que quiere, cuando quiere, como quiere) confusa por las cosas antinaturales para un valoriano que le hacía sentir un esclavo herraní. Y por parte de Arin la cosa no era diferente; un chico que debía centrarse en la rebelión pero del que solo leíamos lo enfadado que estaba, lo traicionado que sentía por sus sentimientos y lo confuso que le dejaba Kestrel. Que sí, que a mí me gusta saber qué piensan los personajes y qué sienten, pero, cuando se basan solo en eso, al final resulta cansino y se hace pesado leerlo. Ahora vemos a una Kestrel mucho más metida en su papel de calculadora, explotando su lado valoriano cuando lo necesita y desarrollando su lado más humano (menos valoriano, para que me entendáis), y a un Arin que, lejos de cambiar, ha empeorado en estos aspectos. Ciego, receloso, caprichoso, inoportuno, pesado... Podría seguir, creedme. En fin, el caso es que este segundo libro ha dado una buena patada al primero, y no solo porque las cosas entre los protagonistas hayan cambiado hacia algo más complejo y oscuro (no por ello con menos sentimiento, así se hacen las cosas). Las tramas que se desarrollan alrededor y entre los diferentes personajes resultan muy interesantes. Como he dicho, encontramos nuevamente guerra pero también planes secretos, nuevas batallas inesperadas, poderosos aliados en ambos bandos y un giro argumental al terminar que te deja sin respiración.

Puede que el hecho de que no me gustase demasiado el primero haya hecho que valore mucho mejor el segundo pero es que todo aquí es diferente. El ritmo deja de ser tan lento para pasar a uno mucho más cómodo: siempre con algo de lo que preocuparnos, con algo de lo que estar pendiente, ya fuese un personaje o un hecho destacable. Prácticamente no he sentido que la historia no avanzase y, teniendo en cuenta que ese fue el gran defecto del anterior, me parece un notable paso adelante. Conforme avanzaba la lectura de El crimen del ganador me convencía cada vez más de que La maldición del ganador podría haberse desarrollado de otra manera (en mi opinión y sin ánimo de ofender, claro está). Como dije en su reseña, creo que la idea es buena pero que había tanta paja durante más de medio libro que al final te preguntabas si pasaría algo o no, porque se veía que lo más importante estaba apunto de llegar pero no llegaba nunca.

En cuanto a la forma de contarnos la historia, sigue el modelo del anterior. Marie Rutkoski nos cuenta los movimientos de Arin y Kestrel desde ambos puntos de vista (considerado por mi parte como un punto a favor, siempre) y en tercera persona. De esta manera seguimos a Kestrel dentro del palacio y a Arin fuera de él, conociendo los planes de ambos protagonistas en todo momento. En este sentido, creo que supone una desventaja para Arin a la hora de apreciarlo como personaje. Puede que cambie en El beso del ganador pero el hecho de meternos dentro de la mente de Kestrel, más astuta, compleja y despierta algunas veces, hace que Arin no me sorprenda en nada. De hecho, llevo dos de tres libros leídos y aún no lo ha hecho. Quién sabe, igual me llevo la sorpresa durante la siguiente lectura.

Ahora me encuentro en la situación de tener que recomendar este libro, de deciros que, si el primero no os gustó o no os entusiasmó demasiado, tengáis paciencia y le deis una oportunidad al segundo. Si este ya no os gusta pues qué le vamos a hacer, así son las cosas. Yo, desde mi posición de lectora aborrecida de libros como La maldición del ganador, os digo que este segundo le da un giro radical a la historia, a los personajes, a la forma de contar las cosas de la autora, que adquiere más cuerpo (el primero me pareció simple hasta para eso), al romance, que deja de ser tan absurdo y de ocupar tanto espacio, y a los acontecimientos bélicos, que lejos de protagonizar la historia, sí que resultan de mucho más interés que antes. Le doy cuatro estrellas y me guardo la quinta para lo que está por llegar, que espero que no me decepcione. La guerra se avecina y no sé si estoy preparada para ella (porque sí, estoy leyendo ya el tercer libro y estoy de los nervios).

Reseñas de la trilogía:

La maldición del ganador

El crimen del ganador

El beso del ganador