Sobre personajes... #2

¡Hola, sinsajetes! Hoy me paso para actualizar una de las secciones del blog, y es que me apetecía hablar un poquito sobre un personaje, esta vez, de una película. Podéis llamarme lo que queráis, pero me identifico muchísimo con Elsa, sí, de Frozen, y quería hablar un poquito de ella.

Soy una fan incondicional de las películas de Disney, me he criado con ellas y sigo viendo una cada dos por tres. Me encantan, aunque siempre las estoy criticando por el machismo de sobretodo las más antiguas, pero me encanta Disney. Con el estreno de Frozen se generalizó un furor impresionante y, como no la había visto, ahí que fui. Desde que la vi, he perdido la cuenta de las veces que la he vuelto a ver, y es que me encanta, y creedme cuando os digo que me emociono, el momento en que Elsa se suelta y es libre por fin.

Al principio vemos a una Elsa completamente cerrada y temerosa de herir a la gente. Se siente encerrada, atrapada, aterrada y juzgada. Pero cuando se descubre el pastel, se esfuman todas sus preocupaciones. De repente ya no tiene que esconderse de nada ni nadie y, por fin, puede ser ella misma. Me identifico porque, al fin y al cabo, deseamos lo mismo; libertad. Creo que Elsa es un personaje que nos enseña muchísimas cosas, a parte de ser una de las películas (que no la única) de Disney que rompe el cliché del príncipe. Nos enseña que no hay que esconderse, lo que piensen los demás, ¿qué importa? Su hermana aporta la guinda del pastel, pues ella es quien nos enseña que no por ser nosotros mismos vamos a estar solos, sino que siempre habrá alguien para nosotros, aunque creamos que no es así. Necesitamos amor, y no el de un príncipe, ni un salvador. Necesitamos, sobretodo, el amor de uno mismo.

¡Esto es todo! Me he puesto un poco tonta, pero adoro al personaje por muchísimo más que una canción flipante y una historia bonita.